miércoles, 4 de noviembre de 2009

Domingo de frío francés

El domingo amaneció amortajado por una llovizna entristecedora. Y yo que tenía planes para la ciudad, pero el frío en el ambiente nos impidió salir en toda la mañana. Hubo que ponerse en acción en la cocina, en la mesa y ante unas cervezas. Mucho café, vinitos ocasionales, y picoteos de comida elaborada al garete.
La circunstancia debía ser aprovechada para tratar de componer el mundo mi querido Pinky. Platicamos mucho, analizamos la situación de México ante sus infinitos problemas propiciados por todos y cada uno de sus habitantes. En mayor o menos medida, todos somos los culpables. Surgen planes, proyectos. Concordamos que se deben diseñar programas a mediano y largo plazo. Ejemplificamos casos, intercambiamos anécdotas y datos corroborables.
Nos mostramos descubrimientos vía Internet. Lanzamos mensajes a los contactos. Vemos películas en línea. Y la lluvia no para. A veces amaina, pero prefiero suponer que seguirá con la intensidad suficiente para no salir ni a la esquina. Algo de la fiaca de los días anteriores me hace pretextar el clima.

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