jueves, 29 de octubre de 2009

Cracovia es una postal intemporal

Está detenida en el tiempo. Cracovia se parece a los cuentos que veía en los calendarios que mi mamá se negaba a tirar aunque fueran de hace diez años. Cracovia recibe a estos mexicanos estruendosos a través de un tren que atraviesa durante dos horas y un poco más la campiña polaca. A cada tanto veíamos pequeñas villas de casitas encantadoras, de tejados rojos y campos de repollo. Walfred y un servidor no dábamos a basto con las filmaciones y las fotografías. En Cracovia hasta la estación de trenes tienen ese encanto de lo mágico. Incluso, en la placita donde nos separamos para cada quien hacer sus respectivas compras, Maja dijo que nos veríamos bajo el farol de Narnia en punto de hora y media. Narnia, Cracovia, lugares mágicos, místicos.
Llegó un sujeto en una camioneta verde que no era el mismo que nos prometió llevarnos a Auschwitz. Bromeamos recordando la horrible suerte de los jariosos aquellos de Hostal dejando la zalea en Europa del Este. Pero aún así subimos a la camioneta y nos dirigimos al recuerdo trágico que ha hecho de Polonia tristemente famosa por el holocausto.
Cuando regresamos del inquietante paseo por Auschwitz dimos aún un recorrido por los alrededores de la ciudad. Comimos en un pequeño restorán judío y visitamos una tienda de discos y regalos. Me encontré con un estante atiborrado de discos de metal polaco. ¡El death Metal en su país de culto! Le recomendé a Neftalí unas cuantas bandas y yo adquirí el más reciente de Behemoth, que planeo añejar en un estante de mi fonoteca a la espera de un mejor año de subasta, a la usanza de los que guardan sus juguetes sin abrirlos.

2 comentarios:

  1. Asi es mi querido capitán de letras, Cracovia es un voivodato parte de la república, pero para el dominio de la vista, el tacto, el oido y las papilas del ánima es más bien un reino de intenciones, donde cada charla informal parece un trueque de abracadabras arcanos, su lengua tiene esa virtud de parecer invocar la màgia ante nuestros oidos amodorrados, quizá esa magia de Dracovia -como yo la he traducido bárbaramente- es la que hace posible encantar al sol en eterna duermevela, para asi tener noches apoteósicas de regustos bohemios e híbridas tarde-noches que no existen en los calendarios de ningún otro mundo ni en ningunos otros imaginarios. Fue un soberano éxtasis haber participado a este desfile de sobrenaturalidades, de poemas visuales y gustativos, de sentir que de vuelta a casa has logrado lo que muy pocos hombres han conseguido: vivir más noches que días. -Nef

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  2. Maestro, no se robe el espíritu ligero de mis escritos con esa celebración poética de la visita!!
    Gracias maestro merecedor de balas, tu comentario es el más adecuado para dignificar mis incipientes recuerdos.
    Gracias por la fortuna de las experiencias compartidas!!!

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